
Su funcionamiento se basa en un ciclo termodinámico: el equipo extrae el calor del aire mediante un refrigerante, lo comprime y lo transfiere al circuito de calefacción o al depósito de agua caliente. En modo inverso, también puede enfriar el ambiente en verano. Por ello, la aerotermia se considera una solución integral para climatizar viviendas durante todo el año.
Una de las principales ventajas de la aerotermia es su alta eficiencia energética. Por cada kilovatio de electricidad consumido, puede generar entre tres y cuatro kilovatios de energía térmica. Esto se traduce en un ahorro importante en la factura eléctrica y en una notable reducción de las emisiones de CO₂ frente a los sistemas convencionales de gas o gasóleo.
Además, la aerotermia se adapta a diferentes tipos de instalaciones, como el suelo radiante, los radiadores de baja temperatura o los fancoils. También puede combinarse con paneles solares fotovoltaicos, logrando un sistema casi autosuficiente y 100% sostenible. Gracias a su versatilidad, es una opción recomendable tanto para viviendas nuevas como para reformas.
No obstante, antes de instalar un sistema de aerotermia conviene tener en cuenta algunos factores. Su rendimiento puede verse afectado en zonas con temperaturas muy frías, por lo que en algunos casos se requiere un apoyo adicional. Asimismo, la inversión inicial es más alta que la de una caldera tradicional, aunque el ahorro a medio plazo compensa esa diferencia.
En resumen, ¿qué es la aerotermia? Es una alternativa moderna, eficiente y ecológica que aprovecha la energía del aire para climatizar los hogares de forma sostenible. Su combinación de bajo consumo, confort y respeto por el medio ambiente la convierte en una de las tecnologías más prometedoras para el presente y el futuro de la calefacción. Pide presupuesto sin compromiso